Nuestro estilo de vida dista mucho, muchísimo, de cómo nuestros ancestros vivían su día a día para sobrevivir. Alimentarse consistía, antes de la aparición de la agricultura, en correr detrás de la presa que aportaría el sustento para la familia e incluso toda la tribu, y también correr para huir de los depredadores, así como recolectar raíces y frutos para asegurar el sustento alimentario.
Nos encontramos de lleno en unos días de alegría y de reuniones con la familia y amigos, pero también son días a los que tememos…
Han empezado a descender las temperaturas y nuestro organismo debe adaptarse a ello. Venimos de un clima benigno con unas temperaturas agradables y más o menos constantes, y ahora, que estamos en pleno otoño, toca reforzar nuestro sistema inmunitario.
La celulitis es una carrera de fondo y, cada año en esta época, queremos correr un “sprint” final para hacerla desaparecer, recurriendo a soluciones rápidas y eficaces para que la celulitis se volatilice. Solo la voluntad, la constancia y el rigor podrán hacerte alcanzar la meta y lograr lucir un mejor cuerpo. No desfallezcas porque la celulitis casi siempre reaparece.
Temperatura alta, a las puertas del verano, muchas horas de pie o muchas horas sentad@; los tobillos o las piernas o ambos a la vez, se hinchan porque aparecen problemas de circulación de retorno. Además la falta de ejercicio provoca una sensación de pesadez, inflamación generalizada y, a todo ello, unos kilos de más que se han instalado y no somos capaces de hacer reducir.
¿Es lo mismo hambre que apetito? Aunque son términos sinónimos, las connotaciones son ligeramente distintas.
Los efectos de la pandemia de la COVID-19 afectan tanto de forma física como emocional a nuestro organismo, sin embargo, los efectos sobre nuestro sistema emocional no se miden con una prueba diagnóstica.
¿Qué es la microbiota intestinal? ¿Te suena el término flora intestinal?
Durante mucho tiempo se han denominado al conjunto de los microrganismos que colonizan nuestros intestinos como “flora intestinal”.
Más lejos de la realidad. No son precisamente “florecitas” los microorganismos residentes, o que están de paso, desde la boca hasta el final.
Se trata de cambiar el chip y empezar a hablar de microbiota, la cual no solo reside en el tracto digestivo, sino que se localiza allí donde hay mucosas, como es el caso de la mucosa vaginal, y también en la piel.
Estrés; no dormir las horas suficientes y las que se duermen, no son reparadoras; dietas inadecuadas con alimentos que no nos nutren; falta de ejercicio físico; falta de contacto con la naturaleza; vivir en entornos contaminados….y una lista larga de situaciones que sabemos que nos hacen sentir mal. Sí, así de sencillo, no sentirnos bien resulta incómodo, resta bienestar mental, pero también físico. Nuestra salud se resiente y nuestro organismo no acaba de funcionar de forma adecuada, aunque al principio no lo apreciemos. Existen circunstancias que de forma marginal afectan levemente nuestra dinámica interna (hipertensión, colesterol elevado…), sin embargo, esta llevada al extremo acaba por producir interferencias en nuestra salud que pueden ser leves en un inicio pero que pueden conducir a problemáticas más severas después.
La mayoría de las veces el cuidado de la zona íntima de la mujer pasa por sufrir algún tipo de trastorno que obliga a utilizar productos específicos para la zona íntima, e incluso, algún que otro tratamiento farmacológico.
Sin necesidad de tener que pensar en la zona íntima cuando aparece picor y cambios que nos inducen a tener que visitar al médico y a utilizar, por ejemplo, un jabón limpiador específico para la zona, la importancia del uso de productos específicos y pensados para la zona íntima debería ser una constante.