Consejos para aliviar el dolor

El dolor es un sistema de alarma y un regalo que la naturaleza ha proporcionado a los seres humanos y al reino animal. Esta frase, que en apariencia puede parecer exagerada, no lo es tanto porque sentir dolor permite retirar la mano frente a un fuego o un horno encendido, o saber que no debemos andar descalzos sobre unos cristales rotos por las consecuencias que ello tendría.  Estas situaciones nos permiten haber evolucionado para sufrir dolor y éste constituir un sistema de alarma para la conservación de la especie. 

Los vigilantes del sistema de alarma del dolor son un tipo especial de neuronas sensitivas, ubicadas muy próximas a la médula espinal y cuyas fibras crean un entramado complejo que llega hasta la piel, los pulmones, el estómago y otras partes y órganos del cuerpo. Estos receptores están equipados para percibir distintos tipos de dolor según su origen: un corte con un cuchillo o una plancha caliente. Al ser detectada la sensación de dolor, los receptores envían unas señales eléctricas a la médula espinal que transmiten  al cerebro el mensaje a partir de otras neuronas. Unas neuronas de orden superior que transforman  la información en dolor. Una vez  registrado el dolor,  el cerebro intenta contrarrestar la sensación para reducir  la intensidad y segrega de forma natural endorfinas y sustancias opiáceas y,  de este modo, reducir el grado de dolor percibido.  

Esta explicación nos permite entender cómo funciona de manera bioquímica el dolor en los individuos, los expertos que estudian el dolor y sus consecuencias, cuando intentan avanzar en la comprensión de la transmisión del dolor, ven como el mecanismo fisiológico sólo es uno de los aspectos de la explicación del por qué sentimos dolor, pues aparecen factores complejos modulados por el cerebro individual, es decir, la interpretación de las señales de dolor se puede ver influida de forma exponencial por el estado emocional de la persona que lo sufre.

La utilización de sustancias farmacológicas para aliviar el dolor crónico que sufren millones de personas, sea cual sea su origen, convierten a determinados medicamentos en un riesgo de salud, si éstos son utilizados durante largos periodos de tiempo, o bien, se hace mal uso de ellos, como sucede en algunos países como los EE.UU. En este país durante los años 90, se empezó a prescribir de forma generosa analgésicos, algunos derivados del opio, convirtiéndose en una verdadera epidemia por su mal uso. Se cree que en el año 2017 uno 1.7 millones de estadounidenses sufrían las consecuencias del consumo y adicción a estos medicamentos para calmar el dolor.  

Poco a poco, acontece una mayor sensibilidad por parte de los profesionales sanitarios para  tratar el dolor sin tantos fármacos con efectos secundarios. Se trata de prevenir los  dolores de espalda, de cervicales, los dolores de cabeza, los problemas musculares, pues todo ello asociado al estrés, están en el número uno de las demandas más habituales que transmiten los pacientes a sus médicos.

Por esta razón, cabe tener en cuenta y sensibilizar a quien sufre de dolor que, en ocasiones, se deben cambiar ciertos hábitos que lo incrementan: dietas inadecuadas, la falta de actividad física, exceso de estrés.

Un consejo a valorar es el del uso de complementos alimenticios que reduzcan el dolor. Si bien hemos visto que la subjetividad en la apreciación del dolor es relevante y que los expertos también añaden un factor genético a la sensación dolorosa, los complementos alimenticios son una herramienta a tener en cuenta cuando se habla de dolor.

Entre los principios activos de origen natural que pueden ayudar a reducir el dolor y el consumo de sustancias farmacológicas se encuentra el magnesio, el analgésico universal, además de sus cualidades como relajante natural. Junto al magnesio no debemos olvidar los ácidos grasos esenciales Omega 3, de efectos antiinflamatorios, además de excelente protector cardiovascular.   

No podemos olvidar, de entre los complementos alimenticios de efectos reductores de la inflamación y el dolor, la cúrcuma. Dicha especie, de uso reconocido en la gastronomía hindú, posee efectos no tan solo antiinflamatorios, sino también efectos antioxidantes, protectores hepáticos y cerebrales.

*Nota importante. A la hora de escoger complementos alimenticios es importante consultar con un profesional adecuado.