Prevenir antes que curar...

La prevención tiene en estos días que transcurren más sentido que nunca. Prevenir significa “intentar tener precauciones o medidas por adelantado para evitar un daño, un riesgo o un peligro”. Nuestro riesgo más inmediato, hoy, es el de no contagiarnos, por ello con las medidas necesarias “de prevención” ampliamente difundidas y que, a estas alturas ya deberían estar integradas por cada uno de nosotros, es posible minimizar el riesgo: depende de todos.

Sin embargo, asegurar una vida saludable, libre en lo posible de enfermedades, al margen de la enfermedad contagiosa que produce el COVID-19, es posible prestando suficiente atención a la salud individual; depende, única y exclusivamente, de cada uno.

No siempre acaece, pero una esperanza de vida larga puede verse acompañada de la aparición de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. Si ponemos en valor factores como el ejercicio físico moderado, el mantener un peso adecuado y conservar una figura más bien delgada, evitar los hábitos tóxicos como el alcohol y/o el tabaco, pueden determinar si nos veremos afectados por una enfermedad a los 70 años o antes.

No se trata de convertirnos en monjes o ser unos ascetas, pero todo aquello que invirtamos en prevención en nosotros mismos a partir, sobre todo, de la mediana edad permitirá mantener un adecuado estado de salud tantos años adicionales como sea posible.

El IMC (Índice de Masa Corporal)* y 30 minutos de ejercicio diario pueden prevenir enfermedades relacionados con el corazón, la diabetes tipo 2 y el cáncer, en definitiva, enfermedades que precisamente forman parte del grupo de las ENT’s, es decir, enfermedades no transmisibles.

A lo largo del artículo hemos ido nombrando factores que podemos catalogar como las “cinco áreas de salud”. Son variables que se han utilizado comúnmente en estudios poblacionales para evaluar los posibles riesgos de un determinado sector de la población en contraer enfermedades. Estas variables son el tabaquismo, el consumo de alcohol, el IMC, el ejercicio físico y la dieta, todas ellas interrelacionadas en influyentes cuando hablamos de tener una buena salud. EE.UU es uno de los países que más estudios realiza sobre la población en relación a los efectos de estas variables y su afectación a nivel social y sanitario. Muchos de los estudios acaban sacando una conclusión común: la mediana edad es un buen momento para analizar el estilo de vida y realizar los ajustes necesarios para mantener la salud tantos años como sea posible. El ejercicio físico es un puntal de estos ajustes, pero la dieta y el mantener un peso razonable produce un impacto en cantidad de años sin enfermedades.

Qué es el Índice de Masa Corporal. Causas y consecuencias