Pautas de prevención contra el Alzheimer

La enfermedad de Alzhéimer es ya una de las primeras causas de demencia en los países de nuestro entorno. Sus consecuencias son amplias, tanto a las personas directamente afectadas como a sus familiares, pero la más impactante es la discapacidad física y cognitiva que provoca. Cada minuto se detecta un paciente con Alzhéimer, siendo aproximadamente 36 millones de afectados en el mundo. Esta cifra en el año 2045 se habrá multiplicado por 3.

En 1864 el Dr. Alois Alzheimer describió esta dolencia degenerativa cerebral de la cual no se sabe con certeza la causa. Se vincula con la acumulación anormal de una proteína amiloide, pero también podría estar causada por una proteína infectiva o un virus; lo que sí se sabe con exactitud es la pérdida de neuronas que provoca, hecho que conduce a producir lesiones de gran tamaño en el cerebro. Las lesiones que afectan al cerebro son graves y, especialmente, en las zonas relacionadas con la memoria y el aprendizaje.

Por todo ello, cuando somos conscientes que podemos sufrir deterioro cognitivo y queremos a toda costa mantener alejada la sombra del Alzhéimer, debemos poner cartas en el asunto e intentar hacer la máxima prevención posible. El ejercicio físico habitual, el mantener un peso estable a lo largo de la vida, una alimentación equilibrada…son factores que influyen en la prevención de muchas enfermedades y, también, como es de esperar, frente a la enfermedad del Alzhéimer. Los ejercicios físicos resultan relevantes pero también lo son los ejercicios mentales que permitirán estimular el aspecto cognitivo de la persona y, de este modo, mantener una adecuada capacidad memorística, de orientación, de atención, de comprensión y de ejecución y resolución de problemas.

Estos ejercicios pueden y deberían realizarse aunque no haya la presencia de la enfermedad, pues la esperanza de vida es larga y, a determinadas edades, un olvido de llaves o una desorientación sin importancia, pueden ser el preludio de algo peor. Ejercitar las facultades mentales resulta clave para mantener un cerebro activo, y es de especial relevancia en aquellas personas que puedan tener la sospecha de que podrían sufrir la enfermedad (por antecedentes familiares), e incluso, en aquellas que ya han sido diagnosticadas. La realización de ejercicios para activar la memoria, el cálculo, la atención, el lenguaje… nos permitirá ser más conscientes del extremado sentido que tiene cuidar nuestro cerebro.

Ejemplos de ejercicios

  • Completar palabras
  • Practicar la escritura
  • Resolver adivinanzas
  • Reconocer lugares o personajes famosos
  • Dibujar, pintar
  • Agrupar palabras por categorías

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Los ácidos grasos esenciales Omega 3 son claves para una adecuada “nutrición” de nuestro cerebro. Su fuente alimentaria son los pescados azules (salmón, sardinas, boquerón), las semillas de lino o las nueces. Comer regularmente este tipo de alimentos es una buena manera de proteger nuestro cerebro. Si no comemos de forma habitual estos alimentos podemos asegurar el aporte de los ácidos graso Omega 3 tomando cada día un complemento nutricional que lo contenga. El complemento alimenticio OMEGA 3 regula los niveles de colesterol y triglicéridos, minimiza los procesos inflamatorios, mejora los niveles de colesterol y triglicéridos, minimiza los procesos inflamatorios, mejora los niveles de concentración y
compensa lo poca o nula ingesta de pescado en determinadas pautas alimentarias.

¿Utilizas cúrcuma como especie cuando cocinas? Sus beneficios relacionados con la protección del cerebro se ven aumentados cuando tomas cúrcuma, sobre todo, en forma de complemento nutricional, pues cuando la utilizas como especie, los beneficios de esta se reducen. El consumo de Cúrcuma cuando se estabiliza como ingrediente en la fórmula de un complemento, ha demostrado significativamente la mejora de las funciones cognitivas relacionadas con la memoria, la fatiga y la sensación de bienestar general; aspectos todos ellos relacionados con la enfermedad del Alzhéimer. CURCUMA_K Modula procesos inflamatorios crónicos, alivia el dolor osteoarticular, posee potentes capacidades antioxidantes, mejora las funciones digestivas y protege la salud hepática, favorece la regulación de los lípidos a nivel sanguíneo, previene de problemas neurovegetativos y oculares y protege la función y el tejido endotelial vascular.

Podemos comprobar que aunque no podemos prever si vamos a sufrir una enfermedad cognitiva, podemos estar alerta haciendo prevención. Sabemos que no existe tratamiento para la enfermedad del Alzhéimer pero la ciencia avanza, aparecen proyectos como el estudio ALFA* que a partir de descendientes de pacientes de esta enfermedad estudia los factores de riesgo y los indicadores biológicos que pueden incidir en el desarrollo de la enfermedad.

* Proyecto impulsado por la Fundación Pasqual Maragall