El sedentarismo es un mal común en nuestros estilos de vida occidentales; no solo favorece nuestros problemas de salud (con la aparición de várices o edemas), sino que también juega en nuestra contra en el sentido estético.
Durante la época de vacaciones, si eres muy consciente de ello, no vas a transgredir de manera dramática tu forma de alimentarte; sin embargo, es habitual que cuando llega esta época nos liberamos en muchos sentidos y por lo que respecta a la comida nos dejamos llevar: cervecita fresca, helados y un cierto descontrol alimentario se apodera de nosotros.